Dr. JORGE REYNOLDS POMBO UN CIENTÍFICO DE VISITA EN TEINCO

Foto tomada de El Tiempo - Dr. Jorge Reynolds Pombo

El colombiano Dr. Jorge Reynolds Pombo, ingeniero electrónico realizó estudios en Trinity College, Cambridge, Reino Unido. Enfocando sus esfuerzos en la investigación de la telemetría, inicialmente con deportistas, en donde mediante observación electrocardiográfica pudo compilar datos que posteriormente eran almacenados en un sistema.

Desde su inicio de vida profesional estuvo interesado en el estudio telemétrico del funcionamiento del corazón en personas con alto gasto cardiaco, por esta razón sus investigaciones las realizó con éste grupo de sujetos, observando constantemente el desempeño y variación de la onda cardiaca en sus análisis.

Sus estudios basados en un complejo sistema eléctrico de movimientos de diástole (cuando el corazón y las arterias, se relajan y expanden al momento de ingresar sangre purificada en ellas) y sístole (contracción del corazón y de las arterias para empujar la sangre que contienen), movimientos esenciales para el óptimo funcionamiento cardiaco, le permitieron en 1958 dar inicio al desarrollo del primer marcapaso artificial.

Desarrollo que posteriormente serviría para generar el primer marcapasos artificial interno, a ser utilizado en seres humanos, invento que sigue actualizándose y que se encuentra en la fase experimental con animales, y que se ha denominado “nanomarcapaso”. Con el fin de darnos una idea de lo importante de la invención, podría indicar que hasta ese momento ya en Europa se habían realizado invenciones sobre el marcapasos externo, el cual tenía un peso aproximado de 50 kilogramos y debía ser transportado en una carretilla, tanto el artefacto en sí como la batería que le permitía funcionar, complicando enormemente la calidad de vida del enfermo además de generar controversia emocional frente a la restricción de deambulación autónoma.

El nanomarcapaso, fue lanzado en el 2011 en el IV Salón de Inventores y Alta Tecnología en Medellín. Éste artefacto “tan pequeño como un tercio de un grano de arroz el cual no necesitará de batería, y que podrá ser monitoreado por los cardiólogos desde cualquier parte del mundo”. Tal como el mismo doctor Reynolds lo señaló[1], indicando que el estudio daría inicio mediante la experimentación con animales, calculando que en unos 5 años podría ser implementado en personas. Entre las múltiples ventajas de éste nuevo descubrimiento estaría su costo –alrededor de 9 millones de pesos- en comparación del marcapasos tradicional –alrededor de 36 millones de pesos-

El marcapasos artificial es tan importante en la supervivencia de pacientes con patología cardíaca que se estima una rata de sobrevivencia de hasta 18 años por encima de pacientes que no tienen la posibilidad de recepción del artefacto.

El trabajo del Doctor Jorge Reynolds apreciado y valorado por el mundo entero, le ha permitido obtener tres doctorados Honoris Causa en medicina, por los aportes que su investigación ha hecho para la calidad de vida del ser humano y el desarrollo de tecnologías en biomedicina y medicina. También ha participado en documentales con la National Geographic, Discovery Channel, TV5 de Francia, RAI de Italia, Deutsche Welle de Alemania, grabaciones tanto en mar abierto como en continente, con el fin de registrar y documentar los avances de éste científico y sus estudios con cetáceos, cuyo corazón a nivel histopatológico es similar al de los humanos ha permitido el avance de la ciencia.[2].

TEINCO como parte de la celebración de sus 30 años de labores continuas, atendiendo a jóvenes deseosos de aprender y mejorar su calidad de vida mediante la educación, y convencida del desarrollo tecnológico y su implementación en la Ingeniería Mecatrónica, ha invitado al Doctor Reynolds para que nos acompañe el próximo 31 de Octubre en el auditorio Rodolfo Tono del SENA- Centro de Servicios Financieros. Intercambio de saberes con un científico de talla internacional, reconocido en el mundo de la academia y de la medicina, que es vigente y cuyo deseo de avance de la ciencia no tiene límites.